Un muchacho de 20 años sube a una patrulla esposado. Lo acaban de arrestar por conducir bajo los efectos de la marihuana, cuyo uso recreativo es legal en California desde enero.

La ley de tránsito es severa para quienes se colocan tras el volante habiendo consumido cannabis, lo mismo que con el alcohol.

El uso recreativo de la yerba -que este viernes celebra su día, "Weed Day"- es legal en ocho estados del país más la capital, Washington DC.

Y la policía teme que la legalización aumente el número de infracciones de este tipo, mientras que en las salas de urgencia lo que se ha visto es un incremento de casos de niños que ingieren sin saber productos comestibles hechos a base de cannabis.

"Aunque es legal hay mucha falta de conocimiento de los usuarios", dice a la AFP el oficial John Hernández, experto en reconocimiento de narcóticos de la policía de Los Ángeles. "Dicen cosas como 'pensé que podía manejar, como es legal ahora'".

Fue él quien arrestó al chico en una noche fresca de viernes durante un retén policial. El joven moreno, menudo y bien vestido le dice que había fumado marihuana al mediodía, casi nueve horas antes.

"No puedes tener nada en tu sistema", le explica el oficial. Él asiente.

- "Todos estamos bien" -
Al detener el auto, lo primero que percibe Hernández es un fuerte olor a marihuana; luego nota que las pupilas del joven están dilatadas.

El chico está acompañado de tres amigos que defienden su versión. "Él está bien, todos estamos bien, estábamos yendo a casa ahora", dice la única mujer del grupo.

Pero el joven -cuya identidad no fue revelada- reprobó la evaluación que por más de una hora le aplicó Hernández, y que incluye ejercicios como caminar sobre una línea, levantar la pierna, tocarse la nariz, así como una entrevista, toma de presión arterial y temperatura, y, en la estación, una prueba de sangre.

"Le dije: 'pon tus manos en los costados' pero las tenía como si fuera un avión", recuerda Hernández, explicando que es crucial seguir las instrucciones. "Me dice que está nervioso, que eso hace que su pierna tiemble, esa es otra señal de una persona que está bajo la influencia del cannabis".

El retén ocupa dos de los tres canales de una avenida transitada, con luces, conos y un tráiler donde se hacen parte de las pruebas.

En un banco de madera, con un tubo del que cuelgan esposas, esperan los detenidos para ir a la estación. Permanecen en la celda unas horas, hasta que la sustancia salga del sistema.

Luego tendrán que presentarse ante un juez.

Además de enfrentar multas de entre 400 y 1.000 dólares, pasar tiempo en la cárcel y perder la licencia por unos seis meses, este tipo de delito (DUI, del inglés) queda como antecedente criminal, que puede afectar una entrevista de empleo o la solicitud de un crédito, y sirve muchas veces de justificativo para deportar a inmigrantes.

- "Como un arma" -
El aroma de la marihuana es una constante en las calles de Los Ángeles, donde, como en el resto de California, la cultura de consumo viene de décadas.

En las tiendas del ramo no solo se vende yerba sino muchos comestibles como caramelos y chocolates.

Y expertos advierten el riesgo de que niños puedan confundir los envoltorios con golosinas corrientes y sufrir sobredosis.

Mark Morocco, profesor y médico en el servicio de urgencias de un hospital de la universidad UCLA de Los Ángeles, dice a la AFP que ha "visto un incremento progresivo" de sobredosis pediátricas y que la tendencia es nacional.

"Cuando se presenta un niño con sobredosis generalmente solo está alterado", dice. "Es un diagnóstico de exclusión, es lo último que consideramos tras descartar otras condiciones que amenazan la vida", como un traumatismo o una infección.

La sobredosis de marihuana no es letal y el tratamiento es reposo hasta que pase el efecto, aunque estos casos requieren la intervención de un trabajador social.

"Le digo a los padres que lo traten como cualquier otro narcótico, como un arma", señala sobre cómo esos comestibles no pueden estar al alcance de los niños.